En el evangelio de hoy, Jesús proclama cuál es su misión. Para ello toma un texto del profeta Isaías. En este texto se define a un misterioso profeta que surgió para anunciar un tiempo de gracia en el que las realidades negativas iban a cambiar radicalmente. Jesús anuncia que ha venido a cambiar estas realidades negativas e inaugurar un tiempo nuevo.
Jesús hizo realidad con su vida un tiempo nuevo, un tiempo en el que la Buena Noticia era el mejor regalo de Dios Padre para toda la humanidad. Los pobres predilectos de Dios son los depositarios del mensaje de liberación que Jesús presenta a los excluidos de su pueblo y, en ellos, a los excluidos de todas las sociedades y de todos los pueblos de la tierra.
Las familias cristianas estamos llamadas a proclamar un tiempo nuevo donde los que están a nuestro lado lleguen a ser aún más felices. Debemos trabajar para hacer posible un tiempo nuevo. Cambiar la óptica de la educación para que las situaciones de exclusión, de competitividad, de marginación... queden aniquiladas totalmente y experimentemos en nuestras vidas la liberación que Jesús de Nazareth nos propuso hace dos mil años, pero que siguen siendo «asignatura pendiente» en una sociedad competitiva.
1 comentario:
Muchísimas gracias por éste artículo, me ha parecido muy acertado. La fotografía es espectacular y muestra claramente ese momento del bautismo del Señor.
Enhorabuena
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