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Enseguida percibimos que los Encuentros no podían ser anuales; había que encontrarse varias veces al año. Así, por iniciativa de las familias de Madrid, surge el Encuentro de Invierno el año 2002. Se establece que sea en el mes de febrero.
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Durante cuatro años nos reunimos en Allariz, siempre a mediados de agosto. El año 2004 fue Año Santo. Peregrinamos a Santiago de Compostela y, además, algunos de nuestros hijos hicieron el Camino de Santiago. La familia Wagener realizó la ofrenda al Apóstol en nombre de todas las familias. Recordamos aquí a nuestro hermano Manolo Wagener que ha culminado su peregrinación y ya nos mira desde el cielo.
Empezaban a surgir también los Encuentros de Primavera y de Otoño.
Los Encuentros tenían la fuerza del Espíritu, que es quien hace posible la comunión. Las familias, a lo largo y ancho de la Península, buscaban “encontrarse”.
Allariz se fue quedando pequeña; no cabíamos en la casa y el Señor nos regaló Murguía durante dos años: 2005 y 2006.
Hacemos memoria aquí de nuestros jóvenes, que viajaron a Colonia en el año 2005. Los despedimos en Loyola. Y aquel 2005 terminamos el Encuentro en el Santuario de la Virgen del Oro con unas fotos familiares que decían “Mi casa y yo serviremos al Señor”. Nuestros Encuentros iban siendo enriquecidos con una excursión en la mitad del Encuentro, con la estética de la oración, con catequesis y talleres, y teníamos todos que ir colaborando: “Cada uno con el don recibido que se ponga al servicio de los demás”.
El año 2006 fue el Encuentro de las familias con el Papa en Valencia. Nos encontramos allí en julio y después, en agosto, en Murguía: una nueva etapa de nuestro peregrinaje como familias. Cada Encuentro diferente; pero igual de lleno de la presencia de Dios. Aquel año iniciamos una nueva experiencia: antes del Encuentro hubo un Campamento de Adolescentes en Murguía. Eran 16 los adolescentes que fueron acompañados por la Comunidad La Espada del Espíritu. Un germen que dio fruto en la continuidad de este Encuentro cada verano, organizado por el Ministerio Nacional de Jóvenes de la RCCE. Se cerraba la etapa de Murguía y, muy cerca, comenzaba otra.
En los años 2007 y 2008 nos esperaba un nuevo lugar: Nanclares. Allí, al lado de una cárcel experimentamos la libertad de los hijos de Dios. Aquel lugar se llenó de familias. Podíamos vivir una oración de laudes a la entrada de aquel antiguo balneario de los Hermanos Menesianos y ver un enorme tendal con la ropa de nuestros hijos. Los jóvenes tuvieron talleres nuevos. Cada noche veíamos los ppoint poniendo la chispa a lo vivido durante el día. ¡Muchas gracias a nuestros hermanos Mati-Patxi y Silvia-Diego, que estos cuatro años en el País Vasco hicieron un gran esfuerzo! Recordamos de modo especial la fiesta final del 2008, que fue una maravilla: desde los mayores -con la pulga- hasta los jóvenes -que nos sorprendieron con un mimo excepcional-, pasando por todos (Murcia, Extremadura, Andalucía...) colaborando en aquella fiesta que iba marcando el final del Encuentro.
Encuentro 2009 en Mondoñedo (Lugo). Allí fuimos acogidos nada más y nada menos que por su obispo, D. Manuel Sánchez Monge, quien nos acompañó como un verdadero padre. Su carta pastoral “Familia, educa en la Fe” fue el tema del Encuentro. Y fue también el regalo para cada familia, firmada y dedicada por D. Manuel. Su presencia entrañable y cercana animó a todos. Uno de los días nos visitó también D. Julián Barrio, arzobispo de Santiago de Compostela.
Cada Encuentro tiene sus novedades y sus nostalgias; aquí añoramos las sobremesas de Murguía y Nanclares. Un recuerdo agradecido para nuestros hermanos de la Comunidad Koinonía S. Juan Bautista que, por segundo año, nos acompañaron con los jóvenes.
En este Año Santo, nos reuniremos del 9 al 14 de agosto en Santiago de Compostela. ¿Qué nos espera en este nuevo verano, el décimo? Siempre, siempre, ¡cosas nuevas! Siempre fuerzas nuevas para llevar a nuestras casas, porque el Señor -que camina delante de su pueblo- no nos abandona en el desierto de la vida, pues sabe que sin Él nada podemos.
Nos acompañará nuestro arzobispo D. Julián. El miércoles día 11 peregrinaremos desde el Monte del Gozo a la Catedral. Visitaremos Santiago de Compostela, ya que tendremos el gran privilegio de estar alojados a diez minutos de la Catedral. Conoceremos personas nuevas que van a iluminar nuestra vocación familiar. Viviremos la alegría de la fraternidad, unidos Cielo y Tierra (estarán con nosotros Anxo, Mauricio, Manolo...)
El camino que emprendimos el primer año de este tercer milenio no siempre es llano y cómodo; pero ¡es el camino! Lo sabemos bien. Hemos encontrado al Señor, CAMINO, VERDAD Y VIDA, y ¡no lo vamos a dejar!
¡A Él la gloria por los siglos!
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