“Un hombre tenía plantada una higuera en su viña,
fue a buscar fruto en ella y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
‘Ya hace tres años que vengo a buscar
fruto en esta higuera y no lo encuentro.
Córtala; ¿para qué ha de ocupar el terreno
estérilmente?’ Pero él le respondió:
‘Señor, déjala por este año todavía
y mientras tanto cavaré a su alrededor
y echaré abono, por si da fruto en adelante;
y si no da, la cortas’”
fue a buscar fruto en ella y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
‘Ya hace tres años que vengo a buscar
fruto en esta higuera y no lo encuentro.
Córtala; ¿para qué ha de ocupar el terreno
estérilmente?’ Pero él le respondió:
‘Señor, déjala por este año todavía
y mientras tanto cavaré a su alrededor
y echaré abono, por si da fruto en adelante;
y si no da, la cortas’”
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del Evangelio del día (Lc 13, 1-9)
III DOMINGO DE CUARESMA
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