Dios salva a su pueblo

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Sión decía: “El Señor me abandonó,
mi Señor se ha olvidado de mí”.
¿Se olvida una madre de su criatura,
no se compadece del hijo de sus entrañas?
¡Pero aunque ella se olvide,
yo no te olvidaré!
Yo te llevo grabada en las palmas de mis manos.

Los hijos que dabas por perdidos
dirán otra vez a tus oídos:
“El lugar es muy estrecho para mí,
dame sitio para que pueda habitar”.

Así habla el Señor:
Yo alzaré mi mano hacia las naciones
e izaré mi estandarte hacia los pueblos;
ellos traerán a tus hijos en su regazo
y tus hijas serán llevadas a hombros.

Sabrás que yo soy el Señor
y que no se avergonzarán los que esperan en mí.